en la bóveda de este suelo
en el subterráneo de esta nube
el Sol
cae como
suspiro
de flores
sobre tentáculos que sostienen la cardinalidad del mundo
me elevo
me congratulo:
mis ojos se observan
presencias diminutas
y palacios que hormiguean
giran, reptan y murmuran umbral dilatado
cráter palpitante
huella de la mano
del tiempo que cruje
cuando se hunde
punzan la piedra, el vidrio y el metal
punzan el culto, la transparencia y la modernidad
y mil naipes de piedra en el cielo se asoman
y mil reyes de jade desde el cielo se precipitan
¡mil tímpanos de acero
para mil bocinas de acero
de mil motores de acero!
sobre salamandras de concreto
ruedan los dioses crepusculares
r u e d a n
huérfanos de altares y sacrificios