Opción 146, Noviembre 2007.
(Extracto IV)
Jamás podremos herir al cielo
pero sí a sus pájaros
derribarlos uno a uno
con los truenos
de un rojo y pequeño revólver
de gatillo brillante:
vértebra del trueno
relámpago
Y no será sangre lo que salpique a las manos
sino un azul terrible inmenso
porque la mar no se repliega
nunca mar fue manso
pensar en su hechura da miedo
porque el mar es la muerte
porque la muerte
todo el tiempo fue agua
y el agua
todo tiempo
ha sido cielo