Viaje 001

De pronto, abrí los ojos. Salí del edificio. Tecnología biodegradable, robots amigables, empresas autosustentables. Entré a un restaurante. Me sirvieron ensalada de kruks orgánicos (única verdura orgánica). No pude pagar la cuenta y me llevaron a la sede (Sistema Educativo Diferenciador y Estatal), una casona de finales del siglo xxi con un árbol en medio. Comprobaron mis huellas dactilares y decidieron que debía estar muerto y encerrado en una lata. Me escapé antes de que me incrustaran en la pared junto a mi otra tumba, en la que tampoco estaba mi cuerpo.

Tras tu partida, perdí empleo, amigos… me perdí. Vertiginosamente y sin freno, me precipité durante diez años en un abismo.

Pero si puedo viajar en el tiempo, podré ir al pasado y arreglar las cosas.

 

Viaje 002

Abrí los ojos.

Estaba sentado frente a un edificio, sus ventanas eran pantallas y proyectaban anuncios; uno decía: “Viaje al pasado y arregle las cosas”.

Fui a la empresa. Renté una máquina para viajar al pasado y llegué al momento antes de que te fueras.

Primero, me convencería de dejarme hablar contigo. Segundo, te convencería del error. Tercero, te haría el amor. Por último, me despediría y volvería a mi cronolínea.

El primer intento no funcionó, no me escuchaste.

 

Viaje 003

Regresé al futuro, conseguí un empleo y junté los bonos suficientes para intentarlo otra vez. De nuevo no funcionó. Llevo 300 intentos. Las modificaciones no han funcionado para mí, pero han generado cronolíneas alternas. Entendí la imposibilidad de cambiar algo. Aun así me acostumbré a mirarte en esos viajes. A vivir de esa forma, como un espectador en una vida que ya no era mía.

Viajaré al futuro de nuevo, quizás más adelante ya habré descubierto la solución. Quizás no.

 

Viajes 304-309

Conocí a tu descendencia. Tuviste dos hijos y ellos tres hijas y ellas una hija y ella una hija y ella una hija y ella una hija y ella tres hijos y ellos tres hijas y ellas una hija. Es como verte en persona y a la vez no. Me acerqué a hablarle pero me quedé paralizado antes de hacerlo.

 

Viaje 310

Ya no entiendo el lenguaje que utilizan ni los entretenimientos que cultivan. Tu nieta creció, estudia Interconexiones temporales en el Instituto Cuántico R45.

 

Viaje 321

He intentado cruzarme accidentalmente en la vida de tu nieta. Aseguro que eres tú, pero que no me recuerdas. No ha habido resultados positivos, siempre algo impide nuestro encuentro. Ayer, incluso, intenté que me arrollara con su caja-cápsula-transporte, pero su sonar la desvió antes del encuentro.

 

Viaje 323

Tu nieta dará una conferencia titulada “Saltos cuánticos. La posibilidad de perderse en el multiverso”; conseguí una entrada. Trataré de preguntarle algo.

 

Viaje 328

Nunca da tiempo de preguntarle nada, alguien interfiere, se agota la energía del auditorio, hay un terremoto, me da un infarto o nunca me dan el micrófono. Lo he intentado varias veces, cambiaré de estrategia.

 

Viaje 329

Vine a la infancia de tu nieta. Recordé que en una película pasó algo similar. Ella no supo lo que es una película. No me reconoció, pero espero me reconozca en el futuro.

 

Viaje 330

¿Por qué no viajo al futuro hacia otra generación de ti? Porque llegas hasta aquí. En 10 años tu nieta y cadena genética muere. En la mañana fui a su funeral, realmente sólo meten el cuerpo aún con vida en una cápsula y la arrojan al espacio o la incrustan en una pared que forma un visual colectivo con una forma que no adivino.

 

Viaje 331

Como sembré mi recuerdo en su memoria, la buscaré de nuevo en la conferencia. Me mirará, me reconocerá y sabrá que por eso investiga el universo cuántico. Estoy listo.

Al llegar yo, ocurrió un terremoto y todos salieron, perdí la oportunidad, lo intentaré de nuevo.

 

Viaje 332

Cuando llegué a la conferencia, se agotó la luz del teatro y todos salieron. Lo intentaré de nuevo.

 

Viaje 333

Cuando llegué al teatro, me vi a mí mismo sufriendo un infarto; de no haberme salvado, hubiera muerto.

 

Viaje 334

Ya entendí que no puedo acercarme en este tiempo a ella. Ojalá la vieras, se parece tanto a ti.

 

Viaje 390

Vine al momento de su concepción. ¿A qué? Ni yo mismo lo sé. Pero conocí a sus padres. Él es un físico, ella es una incubadora. Él compró un óvulo en una industria; no sabe de dónde vino ni quiénes fueron sus ancestros. Sólo se sentía solo.

 

Viaje 391

Regresé al pasado, al momento en que partiste. Me dije a mí mismo que te contara lo que había visto en cada viaje. Te pareció que te mentía y te fuiste. He notado que cada vez te vas por una causa diferente. He notado que ese hecho es el que no puedo cambiar. Seguiré intentando.

 

Barreto, El Ded moroz, el Santa Claus soviético, Siligrafía a color, 2012.

Barreto, El Ded moroz, el Santa Claus soviético, Siligrafía a color, 2012.