Hay pájaros que nacen
con el pico en la cola,
con el nido en los huevos,
con el vuelo en reversa.
Yo nací, además,
con el rostro torcido
y la cicatriz abierta.
Éste es mi cuerpo
que será derramado
por vosotros.
En pedacitos
Chuequito
Jotito
con retazos de burlas
de despedidas
de fracasos.
Pegándome versos
donde me falta pelo,
mordiéndome el rabo
donde me falta escroto,
pelándome el chile
donde me sobra rabia.
La misericordia me llegó del culo
y me encendió las noches
en que mi cuerpo
incompleto
mi legado
incompleto
mi rostro
incompleto
mi amor
incompleto
mi nombre
incompleto
se encarnaban de la diferencia.
Las miradas repulsivas
los silencios de familia
la penitencia, acaso,
por no nacer como debía nacer
la llevo a cuestas, a cogidas,
a carcajadas incrustadas en la espalda.
Pesan lo que han pesado
las íntimas sagradas perversiones
que vomitan familia y no se borran.
Rechazado
antes de cualquier réplica
exiliado de la simetría
y del sonido estéreo
del aguzar oídos
parar orejas
¿oyes?
¿no oyes cómo ladran el patriarcado
y el mercado
y todo lo que termine en censura?
¿Quién le teme a la diferencia?
Desde los cuerpos,
desde los afectos,
desde los placeres,
desde elegir cambiar de sexo,
desde romper banderas,
incinerar siglas
clausurar arcoíris.
No será suficiente
fracasar la memoria
reinventar el amor
rabiar la pérdida.
Habrá que ostentar el ser distinto,
desvestir las ropas nuevas del emperador,
paladear lo torcido
y anhelar los finales infelices.
He aquí mi rostro cuir
y su tersura.
A mi siniestra azufre
y pista de baile,
a mi costado
látex lubricante,
a mi detrás
la estirpe que balbucea
el llanto de ser libres e incompletos.
Debajo y arriba se abre
un infierno que iguala a cuentagotas.
Un volcán que ruge la tambora
desnuda un corazón y lo amamanta
la sirena y arpista de los cielos
enredadas las cuerdas
en el sexo de varón
inmaculeado.
N. del E.: Agradecemos al autor por permitirnos la publicación de este poema, el cual pertenece al poemario homónimo recién publicado (Rostro cuir, Ediciones Mantra, 2016).