Disección de Phardis
El útero de cristal es una ciudad en llamas

No hay esperanzas
        sí, hay esperanzas.
La mesa está servida y la culpa busca no abusar del adjetivo.

Ahora no puede ser distinto,
    ambos colgamos del techo y deseamos que la cuerda no se rompa,

    (…)

                                                         pero el almuerzo se enfría
mientras la felicidad nos devora tiernamente por dentro.

 

 

El deseo es un proceso (déjà vu) del caos
El útero de cristal es una ciudad en llamas

 

Los hilos del lenguaje separan la paranoia del recuerdo.
       Los gritos son nuestros y no se detienen.
No hay brevedad en las calles (ella está cerca de mi boca).
Phardis atraviesa su cuerpo y su cuerpo atraviesa la moraleja.

Lleva las escuelas
       los recuerdos
       las canciones
       los parques
       la nostalgia
sobre un jardín de agujas sexuales y la disculpa de sus padres.

Phardis tiene goteras por dentro
         y no siente miedo cuando se levanta a besar el ombligo de su paradoja diaria.

 

Sintomatología de Phardis
Un niño juega en el fin del mundo, el oxígeno se acaba y la naturaleza es solo lenguaje

No hay esperanzas
       sí, hay esperanzas.
La mesa está servida y la culpa busca no abusar del adjetivo.

Ahora no puede ser distinto,
       ambos colgamos del techo y deseamos que la cuerda no se rompa,

       (…)

                                                                       pero el almuerzo se enfría
mientras la felicidad nos devora tiernamente por dentro.

 

El deseo es un proceso (déjà vu) del caos
El útero de cristal es una ciudad en llamas

 

Los hilos del lenguaje separan la paranoia del recuerdo.
     Los gritos son nuestros y no se detienen.
No hay brevedad en las calles (ella está cerca de mi boca).
Phardis atraviesa su cuerpo y su cuerpo atraviesa la moraleja.

Lleva las escuelas
      los recuerdos
      las canciones
      los parques
      la nostalgia
sobre un jardín de agujas sexuales y la disculpa de sus padres.

Phardis tiene goteras por dentro
        y no siente miedo cuando se levanta a besar el ombligo de su paradoja diaria.

 

Sintomatología de Phardis
Un niño juega en el fin del mundo, el oxígeno se acaba y la naturaleza es solo lenguaje

¿Quiere entrar al cuarto?
Las telarañas son un acto de piedad y la ceguera, el amor y la crueldad
              (no decidas todavía, juega a perder, es mejor que la felicidad)
viven con nosotros.
          Levanta los dedos,
                     cuenta tus dedos
                                        (…)

Recuerdas cuando tenías brazos y piernas y un número de identidad que facilitaba las cosas.

            Amor, puedo oler lo que escondes en tu útero de cristal.
                                      Quieres justificar una paradoja,
                                      excitarte con la culpa, ser breve,
                                      jugar más tiempo con tus cicatrices y avenidas.

La oscuridad nos entrega una puerta y el mar,
      hay luces después de mentir y pensar en la crueldad de lo moral.

¿Quiere quedarse?
       La espiral va a interrumpir su ciclo inmoral de no-ser-juego.

El niño ha muerto,
       ¿lo recuerda?
                    el juego puede comenzar.

Esto es solo tinta, naturaleza y lenguaje.

 

Intervenciones sobre la perversión y un acto de magia
Está reconstruyendo el juego, amor, míralo, quiere salir de aquí y ser feliz

Este es el segundo hijo que perdemos, o el cuarto. A veces, tengo
ligera la memoria.

Ha comenzado, mi amor, ha comenzado, ven a mi lengua y olvidemos
nuestras promesas.

Sobre la ciudad, la gran carpa de circo se levanta;
               Los libros con recetas de cocina son el origen del único y
               verdadero amor,
               las personas no recuerdan los días martes y tienen miedo de
               sus padres.

                                     Solo hay destellos de piedad en la panadería.

La biblioteca propaga el trastorno de la telaraña sin moscas.
         Los ojos ya no son una puerta, son un ancla, el mar, los adioses.

Amor, podemos continuar jugando a perder.
   El circo está por abrir y yo quiero abrazar a un payaso triste, vamos.
   Voy a sacar tus brazos del libro, después, tu oreja izquierda del
    párrafo más feliz.

Afuera del texto también hay un lugar para andar descalzos.
Afuera podemos convertir la distancia y la muerte en prostitutas que
nos amen para siempre;

     adentro solo hay muecas peligrosas y sombreros gastados de
     espantapájaros.

Amor, vamos. La gran sonrisa es torpe y podrá terminar con todo esto