Cruzas al fin la verja
que ahora es un costillar mohoso en un cielo quemado
al otro lado de la pared
huele a asado junto al río
lees que
estas buenas gentes celebran con cerdo
las hazañas
mis animales se esconden
todavía
no logro que crucen
pruebo a contarles
infancias felices
aquí
el hierro labrado no hería
los cerdos viejos
retozaban en un barro infinito iluminado por las luciérnagas
el arquitecto diseñaba para cada niño
una fruta
una mina a cielo abierto
los crímenes de la casa
eran resueltos con justicia
aún no logro que salgan
pero ya recogen
armaduras
y soplan el cielo
como lobos llenos de bosque
como cerdos libres
viven en mis maletas
ruidos de la fruta que flota hasta mis pies
y que voy troceando
cantándole los nombres
que pronuncio tan mal
que la lengua del lugar ríe
y enciende la estrella animal
su lumbre apenas
en mi noche de apartamento
descongelo trozos de mis muertos para celebrar
a la manera de estas naciones
mis hazañas