Opción 55, Octubre 1992.


En un momento de ocio, me puse a pensar cuál era la razón de que Opción, la revista de los alumnos de este instituto, fuera tan fúnebre. Como no encontré la respuesta, supuse que porque a nadie se le había ocurrido hacerla mejor, así que llegué un día con el Consejo Editorial y les propuse un proyecto distinto. A todo el mundo le pareció muy buena la idea. Fuimos a celebrar y la idea les pareció aun mejor. El resultado lo tienes en las manos.

Pido un especial aplauso para el oscuro equipo de trabajo de la revista (ni siquiera yo lo conozco muy bien), de quien pedí un esfuerzo mayúsculo y lo obtuve. Además, quiero agradecer a los colaboradores, cuya lista fue reducida por motivos de honradez. Por una vez, todos los colaboradores colaboraron.

Finalmente, aprovecho esta editorial para invitarte a Opción, el último reducto habitable de esta universidad sin huelgas, volibol playero ni bar.