Camino por última vez en el piso de madera
Sé que puedes escucharme, / y a las mujeres que suben y bajan, ríen, se empujan. / Tú conoces el ritmo de nuestros pasos, / la música que acompaña a todas partes.
Sé que puedes escucharme, / y a las mujeres que suben y bajan, ríen, se empujan. / Tú conoces el ritmo de nuestros pasos, / la música que acompaña a todas partes.
Estoy segura que está aquí, en alguna parte, / entre mis viejos papeles al fondo del cajón: / una tachuela para sujetar el mundo.
¿Qué pasó allá adentro, en el pozo, alguna vez caudal de un instante preciso? Su impre(ci)sión –ahora– se dibuja a gota de agua: gota (a)gota, como las pinturas del río y los lirios. El pozo es ahora las gotas de agua. El agua se desborda, excede y gotea. Allá adentro, en el pozo pasó el… Leer más »
Nuestras categorías para describir a aquél que escribe, son arbitrarias y, muchas veces, innecesarias. Lo único que nos permiten es delinear la memoria para recordar aquello que alguna vez leímos.