Héctor Eduardo Chávez

Estudiante de Economía, ITAM. Miembro del Consejo Editorial de Opción.

Otra reserva

Antología 35 años, 2015.   La existencia de una revista como Opción es preocupante. La publicación, nacida para fundar una reserva de ambiente crítico en un ambiente supuestamente crítico, no ha logrado exceder sus páginas. El ambiente a su alrededor, que supuestamente es el más instruido, cultivado y ávido, sigue siendo supuestamente crítico. Desde su origen, la revista ha… Leer más »

El costo de ser críticos. Entrevista con Heriberto Yépez

A ellos sólo llega la nota que dice que tal escritor o escritora ha recibido tal mención, premio, invitación, inclusión, nominación, traducción, sin saber que eso fue negociado entre agencias, contratistas, amistades, con presupuesto gubernamental. Les falta tener el archivo de la información completa, dar seguimiento a cómo se trazan las historias. Este momento exige que todos nosotros seamos historiadores.

Otra reserva

La existencia de una revista como Opción es preocupante. La publicación, nacida para fundar una reserva de ambiente crítico en un ambiente supuestamente crítico, no ha logrado exceder sus páginas.

Contra-emplazamientos

Colocar epígrafe largo a un texto puede ser, para el lector, el indicio cardinal de que la lectura no vale la pena. Cuando la cita inicial abruma tanto, el lema preparatoriano de seleccionar el título correcto deja de ser el criterio determinante –más si la cita es de un autor que se tiene en el costal de los autores que representan siempre, a rajatabla, pedantería y esnobismo.

Metástasis McFly | Pedro J. Acuña

Y tampoco tiene que ser pretenciosa. Extrañamente, hacer cualquiera de estas dos afirmaciones genera escepticismo en algunos lectores: creen que si la obra habla de Volver al futuro, de ebrios, de vagabundos o de gordos, la probabilidad de que sea mediocre aumenta. Se supone que la razón es obvia: esos y otros temas son más propensos al tratamiento fácil.

La religión de mi tiempo | Pier Paolo Pasolini

Como un artista de su tiempo, como otro creador de signos más en la posguerra, Pasolini tomó postura. No se reconoció ajeno a las luchas sociales en una época en que estas luchas, por su persistencia como motivo entre los artistas, comenzaban a volverse el lugar común a eludir.