Tres verdades de verdad.
Prehistoria de una osada palabra
Séneca retoma en su Epístolas (49, 2) una antigua sentencia trasmitida por Eurípides en Las fenicias (469): “el lenguaje de la verdad es sencillo”. En el plano moral la afirmación es convincente: es fácil decir la verdad; quien no es claro es porque no dice la verdad. En otro nivel, sin embargo, el lenguaje de la verdad no es nada sencillo, pues parte de una historia que, como casi todas las historias, nos lastra sin que nos demos cuenta.