We are more possible than you can powerfully imagine1

 

Fragmento de Utopías Artísticas de revuelta. Claremont Road, Reclaim the Streets, la Ciudad de Sol (Cátedra, 2014). Publicado con la autorización de la autora.

 

 

El padre de John Jordan muere cuando su hijo es todavía un niño. Él cuenta que vomitó al saberlo. Más tarde, cuando ya es adulto, dice que le gustaría poder seguir reaccionando así ante el horror. Va a referirse a un intento: devolver el cuerpo a la política.

John Jordan estudia teatro y Bellas Artes. A principios de los 90, acaba de entrar en la treintena, va a tener un hijo y ejerce de profesión «artista». Hace performances ligadas al body art y forma parte del colectivo de arte ecologista Platform2. En el círculo de galerías de Londres tiene la sensación de que siempre son las mismas personas las que acuden a verle, y cuando realiza acciones en la calle, descubre con decepción cómo los transeúntes le toman por loco o le hacen enzarzarse en estériles discusiones sobre por qué lo que está haciendo puede considerarse «arte»3. Sin embargo, John Jordan no quiere discutir el significado de esa gran palabra: con su trabajo quiere hablar de la sociedad, el capitalismo, la crisis ecológica, la muerte…

En 1989 ha descubierto que la ciudad le parece un organismo absurdo. Esta revelación se produce cuando, junto con otros miembros de Platform, acampa durante diez semanas en cinco puntos de la trayectoria del río Támesis en Londres4. Cuatro años más tarde, Jordan va a encontrar una forma de expresar este descreimiento del modelo de desarrollo urbano, cuando por primera vez participa en una campaña de activismo medioambiental. Aunque él ya había leído acerca del ecologismo de acción directa de grupos como Earth First!5, hasta ese momento su aproximación solo había sido teórica.

PRIMERAS ACAMPADAS:
DE GREENHAM COMMON A TWYFORD DOWN

A finales de 1989, una multitud trata de cruzar el Muro de Berlín desde ambos lados, desbordando la barrera. Poco después, ya en 1990, comienzan las obras de demolición, disolviéndose en 1991 la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

En la Inglaterra de principios de los 90 ya se sienten las consecuencias de once años de gobierno de Margaret Thatcher, durante los cuales el país ha experimentado una combinación de privatizaciones, desregularización, recortes y represión. En este particular contexto, los modos de gobernar van a ser conocidos como el «thatcherismo».

Reino Unido ha comenzado la década con una oleada de disturbios en oposición al recién implantado impuesto de capitación (Poll Tax). Su expresión más espectacular se da en la llamada «Batalla de Trafalgar [Square]», en pleno centro de Londres. El experto en estudios (contra) culturales George McKay señala la importan-cia de estos sucesos para un resurgir de formas de intervención ajenas a los cau-ces legales de la política institucional6.

Cuando Margaret Thatcher dimite en noviembre de 19907, John Major, quien le sucede en el poder, va a continuar con muchas de sus políticas. De la Dama de Hierro, Major hereda el megalómano plan de construcción de carreteras Roads for Prosperity [«Carreteras para la Prosperidad»], que en 1989 se había presentado como el más grande «desde tiempos de los romanos»8. Este proyecto genera oposición lejos de la urbe: el movimiento disidente está protagonizado por ecologistas neopaganos cuyas ideas están próximas al anarquismo.

A partir de 1992, se van a suceder una multitud de campañas donde los activistas erigen precarias acampadas en la ruta de las autopistas planeadas por el gobierno, saboteando las obras de construcción. Estos enclaves de protesta ecologista tienen una fuerte relación con los campamentos por la paz que han proliferado en la década anterior como parte de una fuerte movilización contra la política militarista del presidente estadounidense Ronald Reagan. En ellos, la acción directa y la práctica comunitaria adquieren una importancia central9.

En paralelo a un movimiento antinuclear protagonizado por mujeres de distintos puntos del mundo10, en el Reino Unido el Campamento por la Paz de Greenham Common (Greenham Common Peace Camp) es el primero de una oleada de asentamientos reivindicativos que se extiende por todo el país. Entre el año 1981 y el 2000, un grupo variable de mujeres se instala alrededor del perímetro vallado de la base militar aérea de Greenham Common para mostrar su oposición a la presencia de misiles nucleares11.

La identidad heerogénea del conjunto se refleja en la estructuración del espacio, a través de la suma de nueve campamentos de menor tamaño, organizados de forma cromática y situados junto a las entradas de la base militar. A la Puerta Amarilla, establecida al poco de llegar, se añaden en 1983 las Puertas Turquesa, Índigo y Naranja, además de la llamada Puerta Pedestre. Los colores marcan delimitaciones concretas: la Puerta Verde es la única que no acepta visitantes masculinos durante el día; la Violeta tiene un enfoque religioso; la Azul está marcada por elementos New Age12 y la Roja indica un área para artistas13. Estas tonalidades se sumarían simbólicamente en una suerte de arcoíris de la paz.

Las mujeres decoran la verja que rodea la base militar con mensajes e imágenes en contra del belicismo. Algunas cuelgan fotografías de niños, otras colocan textos, o atan pequeños trozos de tela para formar diferentes dibujos. Periódicamente realizan incursiones de acción directa y sabotaje, que pueden leerse como performances colectivas. Con la potencia de sus imágenes, contribuyen a una lucha en la que también batallan los símbolos. El 12 de diciembre de 1982, en la convocatoria Embrace the Base [«Abraza la base»], una multitud se da la mano alrededor del perímetro militar, creando una situación de bloqueo a través de la presencia común y solidaria.

A lo largo del tiempo, la base es obstruida de diferentes formas. Algunas tienen que ver con «cerrar» la zona militar sobre sí misma: sentadas que impiden el paso o candados en las entradas que aprisionan a los militares dentro de su propia base. Otras se relacionan con la apertura del espacio cercado: en diversas ocasiones, las mujeres cortan la verja con tenazas, logrando abrir «puertas y ventanas» en distintos puntos de la alambrada14. Durante siglos, los campesinos han salido al campo armados con herramientas para romper las barreras que comenzaban a acotar el territorio bajo un creciente régimen de propiedad privada15. Con sus imágenes de desalambrado, las mujeres de Greenham Common evocan el sueño ancestral de revertir la división de la tierra, devolviéndola a su condición de tierra sin dueños.

La práctica cotidiana de estas pacifistas que, en medio de grandes dificultades16, conviven persiguiendo un fin común liga su asentamiento a la práctica utópica. Para George McKay, Greenham Common tiene un rol fundacional en cuanto a las formas de reivindicación comunitaria: Desde los campamentos por la paz, la acción directa ha desarrollado la obstrucción física y la intervención de tal manera que el impulso de oposición se combina con el esfuerzo constructivo de la organización comunitaria. La intención es producir (…) «una comunidad de resistencia », una forma de protesta comunitaria que se afila a través de la fusión de las experiencias con el espacio17.

Una década después de la llegada de las mujeres, en 1991, los misiles nucleares son retirados de Greenham Common. Tan solo un año más tarde18, se levanta el primer campamento de protesta ecologista en el paraje británico de Twyford Down19. El entorno de excepcional valor ecológico se encuentra amenazado por los planes de construcción del último tramo de la autopista M3.

Tras una campaña legal larga e infructuosa, acude al lugar una serie personas20. Son pocas y muy jóvenes. Se han politizado a través del rico entorno contracultural inglés, con sus celebraciones ilegales, sus festivales gratuitos y sus viajeros New Age. Desde los años 70, estos últimos recorren la campiña inglesa en sus carromatos y caravanas, tratando de ir de festival en festival, deteniéndose en fincas donde acampan como si todo paraje fuese tierra común21. Han elegido una vida de perpetuo viaje, moviéndose en grupo, y decorando profusamente sus hogares móviles. En febrero de 1992, dos de ellos paran en la zona de Twyford Down, donde descubren que el hermoso paisaje va a ser destruido por la construcción de una carretera. Deciden entonces iniciar una campaña para defenderlo. Pronto, se suman más activistas. Alexandra Plows describe así el instante primero:

Llegó un grupo de personas, de uno en uno y de dos en dos (…), nos quedamos para impedir que [la zona] fuese destruida por la autopista M3. Aunque muchos de nosotros ya éramos ecologistas entusiastas, artesanos y expertos en hierbas, vivir todo el tiempo en comunidad, cocinando sobre hogueras y construyendo refugios sencillos pero acogedores, era algo nuevo22.

Los «refugios sencillos» están conformados por varias estructuras de madera, tiendas de campaña y un gran tipi con una fogata dentro23. Como elemento defensivo, se cava un foso, y se erige un trípode que ha de funcionar como torre de vigilancia. El tipi forma parte de las estructuras arquitectónicas que se asocian al movimiento comunal de vuelta al campo (back to the land) que ha tenido un auge espectacular en los años 60. En el asentamiento de Twyford Down se percibe la continuidad con los sueños de esta década a través del deseo de vivir en proximidad con la naturaleza, en un modelo donde la escala se ha reducido a grupos sociales pequeños.

Al principio, entre diez y veinte personas acampan en Twyford Down: este número va variando según los diferentes momentos de la campaña. Entre la pequeña población de la acampada se forman estrechos vínculos comunitarios que McKay relaciona con el gran riesgo físico y emocional que implican las acciones de sabotaje: subirse a un árbol para impedir su tala o atarse a una excavadora para lograr frenarla24. Los activistas utilizan su presencia física como herramienta. Sus gestos plantean una escenificación binaria en la que el hombre se enfrenta a la máquina, oponiendo lo natural del ser humano y el paisaje a lo mecánico de los engranajes que amenazan a ambos.

El sentimiento de identidad colectiva lleva al grupo a autoproclamarse una tribu, la llamada Donga Tribe o «Tribu Donga»25. Este nombre viene de la arcana denominación local para los caminos de la Edad de Hierro que surcan Twyford Down. La elección de esta palabra tiene que ver con todo un ideario primitivista que anhela una existencia comunitaria, nómada e integrada en la naturaleza: más allá de la protesta, la acampada Donga tiene que ver con una búsqueda de formas de vida alternativas26. Ello se ve reflejado tanto en la estética de los miembros de la Tribu como en las formas del propio asentamiento27, cuya creatividad está íntimamente ligada a una concepción animista del mundo.

Alexandra Plows habla de paganismo práctico28: los Donga tienen uno de sus anclajes en el ritual. Con el fin de paralizar la construcción de la carretera tratan de utilizar la magia simpática, y decoran sus barricadas con imágenes, mensajes y conjuros. Las fiestas, cánticos y danzas se relacionan con el pensamiento mágico asociado a las sociedades primitivas, pasándolo por el filtro del hippismo New Age. En los momentos de enfrentamiento, las autoridades reaccionan con tremendo desconcierto ante acciones simbólicas que no comprenden.

El 9 de diciembre de 1992 se conoce en la jerga de los participantes como el «Miércoles Amarillo», aludiendo al color de los chalecos de los guardias de seguridad que acuden ese día: la escena muestra un grupo de agentes enfrentándose con cruda violencia a los Dongas. El 4 de julio de 1993 se genera otra imagen potente, cuando unas mil quinientas personas allanan el espacio de las obras. A pesar de que en un principio la convocatoria es para un lamento colectivo por la naturaleza destruida, una vez allí, la multitud se da la mano y baila29. De nuevo, el allanamiento conecta con el recuerdo fantaseado de la tierra común. Ya ha comenzado la construcción de la autopista y la zona excavada ha dejado al descubierto un sustrato de tiza blanquecina.

Aunque las acciones de Twyford Down originalmente implican a un número muy reducido de personas, estas cuentan con la simpatía de gran parte de la opinión pública y con el apoyo creciente de muy variados grupos sociales. Los eventos prota-gonizados por los Donga son los primeros en una oleada de campañas de una nueva fase del movimiento anticarreteras. Se vuelve habitual un repertorio de acción que en gran medida procede de Earth First! y de los Dongas: acampar, encadenarse a la maquinaria y hacer casas en los árboles se convierten en prácticas frecuentes30. A partir de 1995, en Newbury llegan a erigirse catorce poblados arbóreos conectados entre sí. Ese mismo año comienza en Londres la primera campaña urbana del movimiento anticarreteras, donde las estrategias se replican adaptándose al entorno de la ciudad. Los asentamientos de protesta situados en hermosos paisajes se transforman en ocupaciones del espacio público31.


1 Consigna del movimiento anticarreteras: «Somos más posibles de lo que puedas imaginar».

2 Platform [«Plataforma»] es un grupo artístico fundado en 1983, que combina «arte, activismo, educación e investigación». Véase su página web: http://platformlondon.org [Consultado: 17/09/2012].

3Conferencia de John Jordan, en Cómo acabar con el mal, Barcelona, 2012.

4 La obra se titula Tree of Life, City of Life, The Tent Project [Árbol de la vida, Ciudad de la vida, El proyecto de las tiendas de campaña], y forma parte del proyecto Tree of Life de Common Ground, en el Royal Festival Hall de Londres. Este trabajo de Platform busca «diagnosticar el estado del metabolismo biológico de una sección de la ciudad». Véase http://www.platformlondon.org/otherprojects.asp#tree [Consultado: 09/05/2012].

5 Earth First! [«¡La Tierra Primero!»] es un grupo de acción directa ecologista que surge en Estados Unidos en 1980, inspirado en cierto sentido por la novela de Edward Abbey, The Monkey Wrench Gang (Dream Garden Press, Salt Lake City, 1999 [la primera edición es de 1975]) [trad. esp.: La Banda de la Tenaza, Córdoba, Berenice, 2012]. Cuando surgen otros grupos independientes en diferentes países se intensifica el enfoque libertario. La facción británica se forma en 1990, y pone un mayor énfasis en el ecologismo social, desde posturas próximas al anarquismo.

6 George McKay, Senseless Acts of Beauty: Cultures of Resistance since the Sixties, Londres-Nueva York, Verso, 1996, pág. 128

7 Las causas para la dimisión de Thatcher son complejas. Además del descenso en su popularidad que provoca la Poll Tax, los análisis suelen resaltar los conflictos internos dentro de su propio partido a causa de su postura frente a Europa.

8 Richard Sadler, «Roads to Ruin», The Guardian, 13 de diciembre de 2006, pág. 11. Disponible en: http://www.guardian.co.uk/society/2006/dec/13/guardiansocietysupplement3 [Consultado: 31/11/2011].

9 Aunque esta es una terminología actual, en realidad lo que llamamos acción directa y desobediencia civil son formas de acción política muy antiguas, que fueron empleadas sistemáticamente por la lucha obrera desde momentos muy tempranos.

10 Véase, por ejemplo, el testimonio de Barbara Epstein acerca de las formas organizativas del movimiento antinuclear en Estados Unidos: Epstein, «The Politics of Prefigurative Community», en Stephen Duncombe, Cultural Resistance Reader, Londres-Nueva York, Verso, 2002, págs. 333-347.

11 El 5 de septiembre de 1981, un grupo de mujeres llamado Women for Life on Earth [«Mujeres a favor de la Vida en la Tierra»] acude para intentar debatir la decisión de situar misiles de crucero en Greenham Common. Al ver rechazada su propuesta de diálogo, montan el campamento. Véase la web que recopila testimonios, recortes de prensa, vídeos y fotografías: http://www.yourgreenham.co.uk [Consultado: 12/11/2011].

12 New Age es un término utilizado para hablar de una supuesta «nueva era» astrológica, la Era de Acuario, que estaría marcada por la paz y la prosperidad. Esta creencia en la «Nueva Era» viene asociada a un sincretismo espiritual, cuyos orígenes se ligan a la contracultura de los años 60 y al misticismo del movimiento hippie.

13 «Records of Greenham Common Women’s Peace Camp (Yellow Gate)», The National Archives. Disponible en: http://www.nationalarchives.gov.uk/a2a/records.aspx?cat=106-5gcw&cid=-1#-1 [Consultado: 03/02/2013].

14 Esta expresión proviene del relato de una de las activistas. Véase el vídeo y las fotografías de estas acciones en http://www.yourgreenham.co.uk [Consultado: 03/02/2013].

15 En Utopía, Tomás Moro se refiere al proceso de cercamiento de la tierra que está viviendo en la Inglaterra de su momento. Karl Marx habla de este tipo de prácticas como procesos de «acumulación originaria» que preceden al desarrollo del capitalismo. Autoras como Silvia Federici, sin embargo, consideran que la acumulación originaria no antecede al capitalismo, sino que forma parte de él: el capitalismo necesita crecer constantemente para poder sobrevi-vir como sistema, y para ello es necesario que, cada cierto tiempo, unos pocos se apropien de los recursos que antes pertenecían al común.

16 A los obstáculos «naturales» que presenta vivir permanentemente al aire libre, con muy escasos recursos y soportando los rigores climáticos, se suma la represión policial, a menudo violenta, y los arrestos que se producen en diferentes momentos.

17 Esta afirmación se refiere al contexto británico. McKay, 1996, op. cit., pág. 130 (traducción propia).

18 El éxito, claro, es a nivel muy local: obviamente no se logra ni la paz mundial ni la desaparición de las bases norte-americanas en países extranjeros.

19 Alexandra Plows, quien participa en la campaña, señala la relativa cercanía cronológica entre el momento de mayor actividad en Greenham Common y el surgimiento de la protesta en Twyford Down. Para esta autora, «Greenham es uno de los puntos de unión más tangibles en el contexto de la difusión de repertorios de ciclos previos de movilización». Véase Alexandra Jane Plows, Praxis and Practice: The «What, How and Why» of the UK Environmental Direct Action (EDA) Movement in the 1990’s, tesis doctoral, Universidad de Bangor (Gales), Escuela de Ciencias Sociales, 2002, págs. 42-43. Disponible en el catálogo en línea de esta Universidad, en iol.ie/~mazzoldi/toolsforchange/afpp/plowsphd.rtf [Consultado: 03/05/2012].

20 Los habitantes de la zona que habían protagonizado la campaña legal apoyan a los activistas contraculturales, produciéndose encuentros entre grupos sociales y posturas ideológicas extremadamente diferentes. Véase el documental de Simon Winchcombe, The Secret Life of the Motorway. The End of the Affair, Inglaterra, 2007.

21 George McKay habla de cómo los viajeros New Age no solo resultan problemáticos para las autoridades, sino también para muchas personas del contexto contracultural. Los viajeros a menudo generan conflictos y destrozan los lugares donde temporalmente se instalan. Véase McKay, 1996, op. cit., págs. 45-71.

22 Alexandra Plows, «Eco-philosophy and Popular Protest: The Significance and Implications of the Ideology and Actions of the Donga Tribe», Alternative Futures and Popular Protest, vol. 1, Manchester, 1995, s/p. Citado por McKay, 1996, op. cit., pág. 137.

23 La idea del asentamiento permanente parece estar relacionada con miembros de Earth First! Véase Winchcombe, op. cit.

24 McKay, 1996, op. cit., págs. 134-148. Algunas de las formas de proceder tienen que ver con las protestas en contra de la tala de árboles en Australia y Norteamérica.

25 Resulta curioso ver cómo este grupo se inventa un indigenismo ex nuovo, frente a los movimientos indigenistas que luchan por sus derechos en diversos lugares del mundo.

26 Si algunos de los que participan en la campaña de Twyford Down eran viajeros New Age, cerrando el círculo, otros adoptan esta forma de vida después de la campaña. Alexandra Plows, entrevista personal con la autora, 12/04/2012.

27 Los New Age Travellers tienen una relación directa con los campamentos por la paz: durante el verano de 1982, uno de sus convoys de caravanas pasa por el Greenham Common Peace Camp, pasando a llamarse el Peace Convoy o «Convoy de la Paz».

28 McKay, 1996, op. cit., pág. 147.

29 Véase Nicholas Schoon, «Twyford Down Protesters Invade Motorway Site», The Independent, 5 de julio de 1993. Disponible en: http://www.independent.co.uk/news/uk/twyford-down-protesters-invade-motorway-site-nicholas-schoon-reports-onhow-a-mass-trespass-by-activists-turned-a-requiem-into-a-party-1483038.html [Consultado: 07/06/2012].

30 Algunas de las campañas más conocidas tienen lugar en Newcastle (1993), Salisbury Hill (1994), Blackburn (1995), Glasgow (1996), Berkshire (1996-1997) y Exeter (1997).

31 Véase Julia Ramírez Blanco, «Utopías artísticas del mundo contemporáneo: el caso de Claremont Road», en Encuentro con jóvenes investigadores en España, 2010, Madrid. La grabación de dicha charla está accesible en http://edaddeplata.org/edaddeplata/Actividades/actos/visualizador.jsp?tipo=2&orden=1&acto=5629 [Consultado: 20/11/2011].