Demasiado humano para ser cualquier otra cosa
Osvaldo se abrazaba como si su cuerpo no fuera suyo, como si abrazándose pudiera calmar a un enfermo que no era él.
—No estoy enojado —repetía con ternura.
Osvaldo se abrazaba como si su cuerpo no fuera suyo, como si abrazándose pudiera calmar a un enfermo que no era él.
—No estoy enojado —repetía con ternura.