Por favor, siga subiendo. Si se detiene, el escaneo se reiniciará. [PELDAÑOS LIMPIOS: 47 DE 154]

No lo hace más fácil con esos pup-ups cada vez que necesito pararme. Sé que no estoy cansado, no puedo estar cansado por correr dentro de mi cabeza. No hay esfuerzo real ni fatiga muscular porque no hay cuerpo ni músculos acá aunque afuera sí. Acá soy yo sin cuerpo. Y, sin embargo, aquí está la escalera y doy un paso, y algo que no es un músculo duele al subir al peldaño y un pecho que no es mi pecho sube y baja cuando me aviento escaleras arriba.

Tengo que parar. Unos peldaños más, venga. Hay que limpiar todo esto.

Por favor, siga subiendo. Si se detiene, el escaneo se reiniciará. [PELDAÑOS LIMPIOS: 63 DE 154]


Puto programa. Debería ser automático esto. Es un error que sea yo el que tenga que buscar el virus para que el programa lo limpie. ¿Por qué tengo que hacer esto yo? Pero allí está la escalera oscura, nada más peldaños delineados en la oscuridad. Hay que subir. Hay que seguir subiendo.

Sudo aunque no puedo sudar.

Por favor, siga subiendo. Si se detiene, el escaneo se reiniciará. [PELDAÑOS LIMPIOS: 80 DE 154]

Parece que los peldaños se hacen más altos, como los escalones de una pirámide, como subir por terrazas de cultivo en la sierra. Hace igual de calor que allá. ¿Por qué tengo calor? No puedo tener calor, pero lo tengo y también tengo sed. Carajo, ¿cuántos escalones más? Pero hay que hacer esto. Tú conoces las consecuencias. Avanza. Límpiate la cabeza.

La tecnología upload o U-tec fue usada en un primer momento por la nsa (National Security Agency) de Estados Unidos para hacer de sus cuerpos de marines unas máquinas de matar con capacidades de almacenamiento de información sin precedentes. La U-tec permitía que los soldados, previamente conectados a la fuente, pudieran subir estrategias de batalla a su cabeza, y también información sobre el terreno y las posiciones enemigas, manuales de mecánica de emergencia, briefs ultradetallados de los targets más importantes y un largo, largo etcétera. Básicamente, los marines gringos eran dispositivos usb con botas y rifles de asalto. La segunda guerra de Corea fue ganada por los gringos con mucha facilidad. El potencial militar de la U-tec resultaba evidente. Su potencial comercial resultaba evidente también y fue reconocido rápidamente, y rápidamente la U-tec conquistó el mercado.

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Me dijeron algo así como: “Mira, Gerardo, todos lo hacemos. Ya nadie tiene tiempo de leer a Kant en serio, no tiene caso. Mejor agarras el cablecito, te lo enchufas cinco minutos y ya está, el imperativo categórico, la Aufklérun o como se diga, todo, acá adentro, tuyo, sin fallas, cita textual cada vez que se requiera. –Sigue subiendo, Geras, sigue subiendo, ya mero–. El agujerito que te hacen ni duele, ¿viste Matrix, la uno, la buena?”.

Al principio, era un juguetito peligroso; se reportaron varios ataques epilépticos, varios freimientos de cabeza (como a la mamá de Ginsberg, muchas mamás de Ginsberg y Carls Solomon con el cerebro frito, bromeaba yo con el profesor G. Guadarrama). –Sube Geras, sube, sube la escalera, límpiate la cabeza–. Pero después empezó a hacerse obligatorio, todos los profes tenían que enchufarse si querían seguir dando clases.

U-tec plus: Be smarter. Ese era el eslogan. Pronto tres cuartas partes del mundo tenían cables saliéndoles del cerebelo, y buscaban enchufes.

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Yo sólo cedí cuando pusieron sobre mi escritorio el acta de renuncia (previamente firmada, junto con el contrato) y me pidieron que limpiara mi escritorio –Vamos, un escalón más–. Decirles que iba a conectarme fue jugar mi última carta. Funcionó. Además, era un poco más seguro. Contraté un antivirus.

Como la primera vez que entiendes un fragmento del Polifemo y Galatea tú solito. –Un poquito más, cabrón, vamos–. Como cuando entiendes por fin por qué Aristóteles está bien perro. Te conectas, terminas de subirte la antología de cuento de ciencia ficción norteamericana 25 minutos en el futuro compilada por BEF y Pepe Rojo a la cabeza, y ¡pum! orgasmo intelectual, goce estético apenas verdadero.

La U-tec es algo hermoso, y no lo digo por hacerle propaganda.

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A veces es como ponerse a buscar porno bueno. El porno bueno es difícil de encontrar, hay que buscar bien. Pero después de horas y horas, cuando encuentras a Amarna Miller de pelo azul fingiendo un orgasmo, te llega un puto virus. Acá igual. Los libros cánon los encuentras fácilmente. Pero ponte a buscar –Ya no puedo, carajo–, por así decirlo, una novela que se llama La calva de mi hermana –Venga, dos escalones más– publicada en Tegucigalpa ayer y en una editorial cartonera and you’re gonna have a bad time. Eso fue lo que a mí me pasó. La puta calva de mi hermana. Y ahora tengo un virus del carajo en una bucle del pensamiento.

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No mames, ya no puedo. Programa hijo de puta.

Ni madres, dale. El virus está en un bucle de pensamiento. Es decir, un pensamiento recurrente, a los que siempre vuelves para no ponerte malo de la cabeza. Perderlos es peligroso, depresión, epilepsia, esquizofrenia, loquera irreversible. No es algo que puedas perder y ya.

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Los bichos pueden atacar tus recuerdos personales. Si los dejas estar, te joden el subconsciente y el complejo de Edipo y todo eso. No está chido. Hay que sacárselo de la cabeza. Es mi hija riéndose al mes y medio de nacida, no puedo recordarla. No me acuerdo de mi hija riéndose al mes y medio, no me acuerdo de la cara de mi hija.

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Se supone que el antivirus rastrea la zona probable de pensamiento dañado. Básicamente, la escalera está rota, hay un escalón roto, ahí está el virus. Hay que arreglar el escalón.

El antivirus sólo es una guía; en realidad, la propia mente se curará a sí misma. Digamos que el antivirus abre una carretera que te lleva a la parte de tu mente que el virus dañó o está tratando de dañar. La escalera es una proyección útil. Pero ya se va a acabar la escalera. Mierda. Mierda, mierda.

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Metí la pierna por el hoyo, pero no tengo pierna. No hay piernas dentro de mi cabeza. Pero metí la pierna, estoy atorado. Carajo. El puto antivirus no me pudo avisar y yo no pude ver el escalón. Mierda.

No puedo. Mierda, mierda.

Por favor, siga subiendo. Si se detiene, el escaneo se reiniciará. [PELDAÑOS LIMPIOS: 152 DE 154]


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Por favor, siga subiendo. Si se detiene, el escaneo se reiniciará. [PELDAÑOS LIMPIOS: 152 DE 154]


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Reiniciando escaneo.