Aproximación al español de Ariel Miller Salazar

Para Nada Abdulaziz,
porque somos hijos de los Seis Días

El poeta árabe comienza su poema de resistencia (un subgénero muy popular en la poesía árabe de la segunda mitad del siglo xx) con una invocación a Satanás —en su definición etimológica de “confrontador” o “adversario”—, para enaltecer alegóricamente el movimiento revolucionario de Espartaco, un esclavo tracio que en el año 73 a. C., con un grupo nada despreciable de gladiadores, se levantó en armas contra el totalitarismo romano; un movimiento que, naturalmente, fracasó, pero marcó un hito en la historia de Roma, pues demostró que aquel poderío no era infalible. A lo largo del poema, se refiere a otras figuras, como los senadores o, interesantemente, a Aníbal, a quien, tras admirarlo, parece despreciarlo por su fracaso.

Sin entrar en muchos detalles, es claro que el poema, escrito en 1962, refleja la impotencia del pueblo egipcio ante la creciente fortaleza y apoyo del Estado israelí, lo cual culminaría con su poema más reconocido, “No hagas las paces”, tras la Guerra de los Seis Días.

Traducción del original árabe en su versión publicada en Amal Dunqul, Al-Aʿmāl al-kāmilah. El Cairo, Dar ash-Shuruq, 2010, pp. 23-29.

 

كلمات سبارتاكوس الأخيرة

(مزج أول):

المجد للشيطان.. معبود الرياحْ
من قال «لا» في وجهِ من قالوا «نَعَمْ»
من عَلَّم الإنسانَ تمزيقَ العدمْ
من قال «لا».. فلم يَمُتْ..
وظل روُحًا أبديّة الألمْ!

 

Las últimas palabras de Espartaco

(Primer movimiento):

Gloria a Satanás… Ídolo del viento
que dijo “no” en la cara de los que dijeron “sí”,
que le enseñó a la humanidad el desgarramiento de la nada,
que dijo “no”… —por eso no habrá de morir—…
y permaneció un espíritu eternamente atormentado.

 

(مزج ثان):

مُعَلَّقٌ أنا على مشانق الصباحْ
وجبهتي -بالموت- مَحَنِيَّهْ!
لأنني لم أحنها.. حَيَّهْ!
…      …
يا إخوتي الذين يعبرون في الميدان مطرقينْ
منحدرين في نهاية المساءْ
في شارع الإسكندر الأكبرْ
لا تخجلوا.. ولترفعوا عيونكم إليّ
لأنكم معلقون جانبي.. على مشانق القيصرْ
فلترفعوا عيونكم أليّ
لربما.. إذا التقت عيونُكم بالموتِ في عَيْنَيّ:
يبتسم الفناءُ داخلي.. لأنكم رفعتم رأسكم.. مرَّه!
«سيزيفُ» لم تَعُد على أكتافه الصخرهْ
يحملها الذين يولدون في مخادع الرقيقْ
والبحر.. كالصحراءِ.. لا يروي العطشْ
لأن من يقولُ «لا» لا يرتوي إلا من الدموعْ!
.. فلترفعوا عيونكم للثائر المشنوقْ
فسوف تنتهون مثله.. غدا
وقبِّلوا زوجاتكم .. هنا.. على قارعة الطريقْ
فسوف تنتهون هاهنا.. غدا
فالانحناءُ مُرّ..
والعنكبوتُ فوق أعناق الرجال ينسج الردى
فقبِّلوا زوجاتكم.. إني تركتُ زوجتي بلا وداع
وإن رأيتم طفليَ الذي تركته على ذراعها بلا ذراع
فعلِّموه الانحناءْ!
علِّموه الانحناءْ!!
الله… لم يغفر خطيئةَ الشيطانِ حين قال لا!
والودعاءُ الطيبونْ..
هم الذين يَرِثون الأرضَ في نهايةِ المدى
لأنهم… لا يشنقون!
فعلّموه الانحناء
وليس ثَمَّ من مَفَرْ
لا تحلُموا بعالم سعيد
فخلف كل قيصر يموتُ: قيصرُ جديد!
وخلف كل ثائر يموتُ: أحزانُ بلا جدوى..
                                                                   ودمعةٌ سُدى!

 

(Segundo movimiento):

Fui colgado en la horca del amanecer,
¡mi cabeza se inclinó —con la muerte—!
¡Pues no la incliné… con vida!
…        …
Oh, hermanos, ustedes que cruzan la plaza silenciosos y sumisos,
descendiendo al terminar la tarde
por la calle de Alejandro Magno,
no se avergüencen… y alcen sus ojos hacia mí,
porque están siendo colgados a mi lado… en la horca del César,
por eso, alcen sus ojos hacia mí,
pues tal vez… si se encuentran sus ojos con mis ojos en la muerte,
sonreirá la desaparición del ser en mi interior… ¡Porque ustedes habrán alzado la cabeza… una sola vez!
La piedra ya no está sobre los hombros de Sísifo,
la cargan quienes han nacido en los aposentos de los esclavos
y el mar… como el desierto… no calma la sed,
pues aquel que dice “no”… ¡no la calmará más que con lágrimas!
…Por eso, alcen sus ojos hacia el rebelde colgado,
ya que terminarán como él… mañana,
y besen a sus mujeres… aquí… en medio de la calle,
ya que terminarán aquí… mañana,
e inclinarse es amargo…
y la araña teje la muerte sobre los cuellos de los hombres,
por eso, besen a sus mujeres… que yo dejé a la mía sin decirle adiós,
y si ven a mi hijo, al que dejé en sus brazos sin brazos,
¡enséñenle a inclinarse!
¡Enséñenle a inclinarse!
¡Dios… no perdonará el pecado de Satanás cuando dijo “no”!
Y los mansos, los bondadosos…
ellos serán los que heredarán la tierra al final del día,
porque… ¡no serán colgados!
Por eso, enséñenle a inclinarse,
pues de aquí no hay quien escape,
no sueñen con un mundo feliz,
ya que, detrás de cada César que muere, ¡hay un nuevo César!,
y a todo rebelde muerto le siguen sufrimientos sin sentido…
                                                                                                     ¡y lágrimas en vano!

 

(مزج ثالث):

يا قيصر العظيمَ: قد أخطأتُ.. إنّي أعترف
دعني – على مشنقتي – ألْثُمْ يَدَكْ
ها أنذا أقبِّل الحبل الذي في عُنُقي يلتفّ
فهو يداك.. وهو مجدك الذي يجبرنا أن نعبدكْ
دعني أكفِّر عن خطيئتي
أمنحك – بعد ميتتي – جمجمتي
تصوغُ منها لكَ كأسًا لشرابك القوي
.. فإن فعلتَ ما أريدْ
إن يسألوك مرةً عن دميَ الشهيدْ
وهل تُرى منحتني «الوجود» كي تسلبني «الوجودْ»؟
فقل لهم: قد ماتَ.. غيرَ حاقدٍ عليّ
وهذه الكأسُ – التي كانت عظامُها جمجمَتَهْ –
وثيقة الغفران لي
يا قاتلي: إني صفحتُ عنكْ ..
في اللحظة التي استرحتَ بعدها منِّي
استرحتُ مِنكْ
لكني.. أوصيكَ إن تشأ شنق الجميع
أن ترحم الشجرْ!
لا تقطع الجذوع كي تنصبها مشانقا
لا تقطع الجذوع
فربما يأتي الربيع
«والعامُ عامُ جوع»
فلن تشم في الفروع.. نكهةَ الثمر!
وربما يمرُّ في بلادنا الصيفُ الخَطِرْ
فتقطع الصحراء. باحثًا عن الظلال
فلا ترى سوى الهجير والرمال.. والهجير والرمال
والظمأ الناريّ في الضلوع !
يا سيد الشواهد البيضاء في الدجى ..
يا قيصر الصقيعْ!

 

(Tercer movimiento):

Oh, gran César, he pecado… lo reconozco.
Permíteme besar tu mano —en la horca—,
heme aquí besando la soga que rodea mi cuello,
pues la soga es tu mano… y la soga es tu gloria que nos obliga a alabarte.
Permíteme expiar mi pecado,
te conferiré mi cráneo —cuando muera—
para que hagas con él un cáliz para tu vino generoso
…y si haces lo que yo deseo,
si alguna vez te preguntaran sobre mi sangre de mártir,
¿quisiste conferirme la existencia para quitarme la existencia?,
así diles: “Cuando murió… no me guardó rencor,
y esta copa —que viene de los huesos de su cráneo—
es la prueba de su perdón a mí”,
oh, asesino mío, yo ya te perdoné…
Tras el momento en que te liberaste de mí,
¡yo me liberé de ti!,
pero… ¡te aconsejo que, si deseas colgarlos a todos,
te apiades del árbol!
No tales su tronco para hacerlo una horca,
no tales su tronco,
pues tal vez venga la primavera
“este año que es un año de hambruna”,
y no olerás en las ramas… ¡el aroma de las frutas!
Y tal vez recorra nuestra tierra el verano amenazante,
y vagues por el desierto en busca de sombras,
y así no verás nada más allá del calor y la arena… ¡y el calor y la arena
y la sed de fuego en tus costillas!
Oh, Señor de las tumbas blancas en la oscuridad…
¡Oh, César de la escarcha!

 

(مزج رابع):

يا إخوتي الذين يعبرون في الميدان في انحناءْ
منحدرين في نهاية المساءْ
لا تحلموا بعالم سعيدْ..
فخلف كل قيصر يموت: قيصرٌ جديد
وإن رأيتم في الطريق «هانيبال»
فأخبروه أنني انتظرته مدىً على أبواب «روما» المجهدهْ
وانتَظرَتْ شيوخ روما – تحت قوس النصر – قاهر الأبطال
ونسوةُ الرومان بين الزينة المعربده
ظللنَ ينتظرن مقدمَ الجنودْ
ذوي الرؤوس الأطلسية المجعده
لكن «هانيبال» ما جاءت جنوده المجنده
فأخبروه أنني انتظرتُه.. انتظرتُه..
لكنه لم يأت!
وأنني انتظرتُهُ.. حتى انتهيتُ في حبال الموت
وفي المدى: «قرطاجةُ» بالنار تحترقْ
«قرطاجةُ» كانت ضميرَ الشمسِ: قد تعلَّمتْ معنى
الركوع
والعنكبوتُ فوق أعناق الرجالْ
والكلماتُ تختنقْ
يا إخوتي: قرطاجةُ العذراءُ تحترقْ
فقبِّلوا زوجاتكم..
إني تركت زوجتي بلا وداع
وإن رأيتم طفليَ الذي تركتُه على ذراعها… بلا ذراع
فعلِّموه الانحناءْ..
علِّموه الانحناءْ..
علِّموه الانحناءْ..

              أبريل ١٩٦٢

 

(Cuarto movimiento):

Oh, hermanos, ustedes que cruzan la plaza inclinados,
descendiendo al terminar la tarde,
no sueñen con un mundo feliz…
ya que, detrás de cada César que muere, hay un nuevo César.
Y si ven a Aníbal en el camino,
infórmenle que lo esperé a lo lejos, ante las puertas de una Roma agotada,
y que lo esperaron los senadores de Roma bajo el Arco del Triunfo, al Vencedor de héroes,
y que las mujeres romanas, entre las decoraciones suntuosas,
se quedaron esperando al general de los soldados,
al de la cabeza de Atlas de cabello rizado,
pero Aníbal no trajo a sus soldados reclutados.
Así infórmele, que lo esperé… que lo esperé…
¡pero él nunca llegó!
Y lo esperé… hasta que terminé en la soga de la muerte
y, a la distancia, Cartago es consumida por las llamas,
Cartago fue la consciencia del sol: enseñó el sentido
de hincarse,
y la araña está sobre los cuellos de los hombres,
y las palabras se sofocan,
oh, hermanos, Cartago, la virgen, se sofoca,
por eso, besen a sus mujeres…
yo dejé a la mía sin decirle adiós,
y si ven a mi hijo, al que dejé en sus brazos… sin brazos,
¡enséñenle a inclinarse!
¡Enséñenle a inclinarse!
¡Enséñenle a inclinarse!

Abril, 1962