Abuela, llego a tiempo.
No dejas de llamarla, ella no viene.
Tus órganos la evitan, menos uno
que lento se desnuda para verla.
Me acerco emocionado a saludarte
y no me reconoces.
¿Quién está ahí?, nos preguntamos, ¿quién?
       Me dicen Comensal, me llamo Jorge,
nací en una mañana de septiembre
y siempre disfruté la oscuridad.
Escribo con la izquierda, toco el piano
y he sido varias veces mutilado
de partes que eran mías
y todavía más tuyas.
No tengas miedo, abuela,
acerca tu mano a mi pecho y siente
el corazón en duelo,
la cicatriz del ritmo,
la marcha funeraria del tambor.
¿Quién está ahí?, nos preguntamos, ¿quién?
       Espejo de tu carne, copia fiel,
persiste una porción de tu genoma
al centro de mi cara.
Tu nariz presidió mi primer beso
y mi primera flor.
¿Tampoco reconoces esta prueba?
       Quisiera desandar en tu memoria
los años que marchitan tus sinapsis
y esconden bajo tierra de tu olvido
mi nombre y mi lugar.
Quisiera regresar a tu cariño,
al tiempo en que escuchábamos la radio
y el niño amordazado en mis adentros
calmaba su furor.
Quisiera es duro verbo subjuntivo
y aparte de pretérito, mentira.
Quiero meter las manos en tus sesos
sin guantes ni antifaz, quiero buscarme
entre marimbas, nardos y sepelios.
Quiero en presente indicativo, quiero.
Seguro ha de quedar entre los pliegues
de tu corteza fría,
un pedazo de mí.
¿Quién está ahí?, nos preguntamos, ¿quién?
       Fuiste mujer, abuela, y sin embargo,
tu cuerpo ha padecido
cuarenta y cuatro años sin placer.
¿Acaso conociste
el premio generoso del orgasmo
la noche en que mi madre comenzó?
Contesta, te pregunto:
¿Viviste hembra dichosa alguna vez?
(Perdóname esta exhibición malsana,
este lamento exagerado, esta
silva que bate espuma en la garganta
y me distrae del ruido).
       Mi voz es una lluvia
que apenas te humedece el hipocampo.
Tus ojos me atraviesan
como si atrás de mí
viniera ella, por fin, para llevarte.
Paciencia hay que tener, tú me decías.
Después de nueve décadas con frío,
te intento proteger entre mis brazos.
¿Quién está ahí?, mujer que olvida, ¿quién?